La odisea de Lola Campos
Este es el comentario en Facebook, de la concejala Lola Campos (anterior concejala de infraestructuras) sobre el uso del bus:
ODISEA EN EL BUS
Hay días retorcidos y hoy ha sido uno de ellos para los zaragozanos. Vivir por encima de 40 grados y estar esperando media hora el bus, a pleno sol, es una bomba de relojería. Si a esto le añades una conductora con la rabia en el cuerpo, la odisea está servida.
Como digo, pasajeros con 40 grados al sol, bus 38 que no llega a Vía Hispanidad porque uno de los vehículos se ha averiado, y el personal que empieza a crecer e impacientarse. Protestan por el precio, …protestan por todo. Normal para los tiempos que estamos.Llega el bus y detrás llega otro bus. También normal en TUZSA/AUZSA. Subimos todos a buscar el fresco y, fatalidades de la vida, la rampa que acaba de ayudar a un discapacitado no quiere meterse. Pasa vacío el otro bus y nos quedamos todos acompañando a un conductor educado y discreto.
Esperamos y esperamos y en cuanto llega el tercer bus corremos a subirnos sin pedir permiso a nadie. Se nota en la cara de la conductora que la cosa no nos va a salir gratis. Con un timbre de voz propio del Liceo de Barcelona le para la lengua al primero que se atreve a protestar.
-“No quiero oír ni una palabra, que inmovilizo el bus y aviso a la policía».
Declama de forma peculiar, pues cada vez que reivindica su posición, da una palmada que se oye hasta en la calle. Ligeros intentos de defensa por parte de los usuarios y ella retoma el dominio:
– “El que quiera quejarse, al Ayuntamiento, que ha quitado buses con 6 millones de parados en la calle». Cuando cita al Ayuntamiento palmea más fuerte. Nos vuelve a asustar con la policía y suelta el sapo que llevaba hace rato en la boca:
-“Y todo esto será peor con la segunda línea del tranvía, porque quitarán más buses. A ver si nos enteramos», dice como si estuviera en la Scala de Milán. Atónitos todos, sólo se oye otra palmada.
Un chico joven y yo osamos pedirle que ventile sus cuitas laborales en otro sitio y que saque la buena educación que, seguro, lleva dentro. Al final la saca.
Seguimos sudando los cientos de pasajeros acumulados en las paradas, ella extrema su amabilidad fingida, y yo llego una hora tarde a la entrega de Premios del Club de Opinión La Sabina. Acababa de tomar una decisión arriesgada: yo esto lo cuento, en solidaridad con mis compañeros de viaje que no han abierto la boca. Y lo hago aquí. Era el bus 651, a las ocho de la tarde en una Zaragoza ardiendo.
Decir que me parece muy bien que Lola Campos utilice el bus, que no tenga coche oficial, y parece ser que nunca lo tuvo.
Sobre su experiencia, apuntar que mucho de lo que dice lo sufrimos los usuarios de la 32 a menudo, con eso de que venga 2-3 buses juntos, la alta de cumplimiento de frecuencias, el aire acondicionado, el hacinamiento, … También algún bus se nos ha averiado… Por lo demás sobre la actitud de la conductora no comento nada, excepto quizás que debería haber mantenido mas la calma.
Desde aquí saludar a Lola Campos y animarle a que siga comentando sus experiencias en el transporte publico. (que fue recogida por el Periódico de Aragón)
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